De inicio, para comprender y hacer una lectura correcta de un electrocardiograma, es imprescindible conocer sus respectivas derivaciones.
En un EKG tendremos derivaciones periféricas, que veremos en el plano frontal y derivaciones precordiales que veremos en el plano horizontal.
En el plano frontal veremos 6 derivaciones periféricas, correspondiente a la colocación de los electrodos en las 4 extremidades. Mirando el corazón de frente y situándolo en un plano cartesiano obtenemos las 6 derivaciones que vemos en el dibujo de Da Vinci.
En rojo vemos una flecha que corresponde con la dirección del vector de despolarización.
El corazón esta dirigido por un sistema eléctrico autónomo, que se inicia en el nodo sinusal, pasa por el nodo auriculoventricular seguido del haz de his y fibras de purkinje. Por ello ese vector de despolarización va desde arriba-derecha hacia abajo-izquierda. Más adelante hablaremos del eje cardiaco, y como su desviación hacia la derecha o izquierda está relacionado con determinadas patologías cardiacas.
En el plano horizontal veremos las 6 derivaciones precordiales desde V1 a V6 correspondiente a los electrodos que colocaremos en el torax.
Plano frontal y plano horizontal nos darán como resultado 12 derivaciones, con la que obtendremos una representación bastante completa no solo del sistema eléctrico cardiaco, sino también de su estructura y funcionalidad.
Con los dos planos vamos a obtener información de las distintintas caras del corazón, así pues veremos:
Cara lateral: AVL, I, V5, V6 Cara anterior: V3, V4. Cara inferior: II, AVF, III Cara septal: V1, V2.
Así por tanto, si vemos en un electrocardiograma alteraciones en el segmento ST, y vemos un descenso de este en el las derivaciones II, AVF y III, estaremos ante un posible proceso isquémico en la cara inferior del corazón.
En esta figura vemos la representación del sistema eléctrico del corazón.
En un electrocardiograma, toda electricidad que se acerque a su correspondiente derivación será positiva, y por el contrario negativa si se aleja. Por este motivo por ejemplo una onda P, será negativa en AVR, y visiblemente más positiva en la derivación II.
El inicio del impulso eléctrico comienza en el nodo sinusal, y este viajará hacia el nodo auriculoventricular (onda P) donde realizará una breve pausa (segmento PR).
La onda P por tanto, representa la despolarización auricular. Esta contracción auricular requiere de un tiempo para el correcto llenado ventricular, razón por la cual hay una especie de pausa en el nodo auriculoventricular.
El impulso seguirá por el haz de his hacia las fibras de purkinje para la despolarización ventricular (QRS) generando la contracción ventricular que hará que se eyecte la sangre del ventrículo derecho hacia las arterias pulmonares y del ventrículo izquierdo hacia la aorta.
Tras este proceso, prosigue un complejo isoeléctrico (ST), cuya alteración va a estar relacionado mayoritariamente con procesos isquémicos, y tras este, un proceso de repolarización (onda T), donde el que el corazón se prepara para una nueva descarga, iniciando de nuevo todo el proceso.