Comprimir, comprimir y comprimir, parece un inicio radical, pero quiero concienciar de que la terapia compresiva es un gran aliado.
A veces es un gran olvidado en el abordaje etiológico de muchas de las heridas que vemos en la consulta ya que en ocasiones valoramos heridas, realizamos desinfección, desbridamiento mecánico o enzimático si procede, parche o apósito y hasta la próxima cura.
La terapia compresiva es una de las piedras angulares en el tratamiento de las
úlceras venosas pero, realmente cualquier herida en miembros inferiores se va a beneficiar de la terapia compresiva, por su efecto antiinflamatorio-antigravedad, su efecto de mejora en el drenaje linfático y su disminución de la filtración capilar.
El abordaje de una herida debe siempre atender entre otras cosas a su causa etiológica, es decir, si tenemos una úlcera por presión, podemos desbridar, utilizar parches para controlar el exceso de metaloproteasas, poliuretanos, alginatos, pero si no tratamos su etiología (la presión) todo será en vano.
En la
úlcera venosa tenemos un problema de hipertensión venosa por tanto, la terapia compresiva va a ser el tratamiento más efectivo. Luego mediante
apósitos, parches, tratamientos tópicos, aceleraremos el proceso de cicatrización, mejoraremos el tejido de granulación, pero lo primero ha de ser...
terapia compresiva.
No existe un consenso unánime sobre los casos en los que esté contraindicado la utilización de la terapia compresiva, pero sí coinciden en los que por lógica nunca comprimiríamos, es decir, pacientes con compromiso arterial con un
índice tobillo-brazo menor de 0,6, pacientes con insuficiencia cardiaca grave (NYHA IV), alergia al material de compresión, o pacientes por ejemplo con una polineuropatía diabética.
La respuesta es, sí.
Acordaros que a veces tenemos heridas estancadas en una
fase inflamatoria que perdura en el tiempo, el uso de corticoides tópicos y terapia compresiva es a veces suficiente para romper ese círculo vicioso y dar paso a la
fase proliferativa. Inclusive en pacientes jovenes sanos.
Siendo animales bípedos, nuestro sistema vascular en miembros inferiores debe vencer la gravedad. Nuestra piel se diferencia a la de otros animales en que presenta colágeno y mucha elastina, dando cualidades elásticas a nuestra piel.
En otros animales por ejemplo, elefantes, jirafas, avestruces su piel tiene menor presencia de elastina, dandoles propiedades menos elásticas y más rígidas, en cierta forma es como si llevaran una media compresiva de base.
Acordaros que la fase inflamatoria es necesaria en su justa medida y que la terapia compresiva tiene un gran efecto antiinflamatorio.